Exploración de la biodiversidad en las aguas profundas de Puerto Rico 2022
Del 6 al 19 de abril de 2022
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¿Por qué buscar esponjas en las aguas profundas de Puerto Rico?
A pesar del importante papel que desempeñan en los ecosistemas de aguas profundas al servir de hábitat y alimento para una gran variedad de especies marinas, los científicos saben muy poco sobre las esponjas de aguas profundas. El trabajo que se lleve a cabo con las esponjas recogidas durante la expedición Exploración de la biodiversidad en las aguas profundas de Puerto Rico ayudará a llenar algunos vacíos en nuestra comprensión de estos valiosos animales.
Al investigar casi cualquier comunidad biológica que vive en el fondo del océano, se encuentran muchos animales sorprendentes conocidos como esponjas. Desde costras pequeñas hasta cuerpos enormes, vemos una gran cantidad de individuos y una amplia variedad de tipos de esponjas. Por lo general, las esponjas bombean agua por los poros y por diferentes canales y cavidades, desde donde se consumen presas como bacterias y otros organismos unicelulares diminutos. Luego, el agua sale por una o varias aberturas más grandes.
Estos animales filtradores desempeñan muchas funciones en su entorno, entre ellas la de proporcionar una estructura que sustenta una asombrosa diversidad de formas de vida. Otra función importante de las esponjas marinas es servir de alimento para peces, tortugas, gusanos, estrellas de mar, entre otros. Las esponjas también se caracterizan por albergar una gran cantidad de bacterias dentro de sus propias células (hasta el 40 % de su masa corporal), además de que todas sus grietas y canales pueden ser el hogar de diversos camarones y gusanos. Y no solo eso, los recovecos en los cuerpos de las esponjas, sobre todo las que crecen mucho (¡hasta del tamaño de una furgoneta!), también pueden ofrecer un sinfín de nichos y refugios para animales como ofiuras, medusas peine, cangrejos e incluso peces. En este sentido, las esponjas de las profundidades marinas, junto con los corales, constituyen hábitats muy importantes para los peces y para sus presas. Por último, esos diminutos organismos microbianos que viven en las esponjas producen proteínas que los científicos biomédicos estudian por sus propiedades antitumorales, antifúngicas y antibacterianas, entre otras.
Con lo importantes que son estos animales para el funcionamiento de los ecosistemas marinos de los que dependemos, quizá le sorprenda descubrir lo poco que sabemos sobre ellos. Hasta ahora, los científicos han nombrado y descrito unas 9000 especies, muchas de ellas a partir de un solo espécimen, pero estimamos que puede haber el triple de ese número cohabitando el planeta con nosotros, lo que les deja a los taxónomos y a los científicos especializados en biodiversidad una cantidad de trabajo por hacer muy divertido.
Eso es lo que nos lleva a Puerto Rico. A pocas millas de la costa de Puerto Rico existen hábitats extensos y complejos, como cañones, dorsales y bancos submarinos que figuran entre las zonas menos exploradas de las aguas estadounidenses. Esto significa que cuando llevemos el vehículo operado de forma remota al fondo del océano, es casi seguro que encontraremos especies que son nuevas para la ciencia.
Al tomar muestras de esponjas, las prepararemos con cuidado para que se pueda caracterizar, o “dar a conocer”, su morfología y su genética. Al mismo tiempo, realizaremos observaciones detalladas sobre el hábitat, sobre qué otros animales viven cerca de las esponjas, e incluso sobre el ADN suelto que se extrae de las aguas circundantes. Estas muestras de ADN ambiental (eDNA) podrían proporcionarnos la “firma genética” de otras esponjas que viven en la zona, pero habrá que esperar para ver si se cumple esta expectativa.
El trabajo taxonómico sobre las esponjas recogidas en las aguas profundas de Puerto Rico ayudará a rellenar vacíos en nuestros conocimientos básicos sobre estas criaturas tan importantes y, de esta manera, revelaremos sus secretos para que otros científicos las sigan explorando.
Por Allen Collinscoinvestigador principal, Laboratorio Nacional Sistemático de Pesca de la NOAA y Smithsonian National Museum of Natural History; y Cristiana Castello-Branco, becaria posdoctoral, Smithsonian Institution National Museum of Natural History
Publicado el 11 de abril de 2022