By Patricia González Díaz, Profesora y Directora del Centro de Investigaciones Marinas - Universidad de La Habana (CIM-UH)
21 de mayo de 2017
El Banco de San Antonio se encuentra en el Golfo de México, al noroeste de la Península de Guanahacabibes en la provincia de Pinar del Río. Se trata de un banco de arrecifes que se eleva desde el fondo del océano y está rodeado por aguas de más de 1,000 metros de profundidad. Es una estructura única de su tipo en Cuba. Este banco cubre 7,411 hectáreas y está incluido en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la categoría de Elemento Natural Destacado (NPE, por sus siglas en inglés).
Debido a la complejidad de la estructura del banco y a las características oceánicas (fuertes corrientes), esta zona ha sido poco estudiada por los científicos cubanos. Sólo se han llevado a cabo dos exploraciones en este lugar (2007 y 2011), y en ninguna se cubrió el área total. Sin embargo, ese trabajo permitió registrar 20 especies de gorgonias, 47 de esponjas, 23 de corales y 102 de peces.
Es importante mencionar que debido a la alta biodiversidad marina y a su posición en el Golfo de México, este arrecife podría funcionar como una fuente larvaria de invertebrados (corales, gorgonias, esponjas, moluscos y crustáceos) y peces, con alto valor comercial o de conservación a nivel regional. Debido a sus características biológicas y ecológicas, el área promueve la continuidad de los procesos evolutivos, la migración de especies y el flujo de genes. La investigación que se llevó a cabo en el NPE Banco de San Antonio constituye la base para la comprensión de la biodiversidad de los principales grupos bentónicos y estos resultados contribuyeron a la elaboración del plan de manejo.
Hoy, fuimos sorprendidos por varias cosas interesantes. En primer lugar, tan pronto como empezamos a descender, vimos un gran tiburón cruzar en frente del ROV (vehículo no tripulado, por sus siglas en inglés). Luego, a 190 metros de profundidad, encontramos grandes rocas redondeadas en varios tamaños con algas (rojas y verdes), algunas esponjas y corales negros. Hasta ese momento a dicha profundidad sólo habíamos visto desiertos de arena con esponjas brillantes incrustadas y escasos corales negros. Sabíamos que estábamos frente a algo diferente.
Al entrar en la zona mesofótica, se observaron gorgonias, grandes esponjas y algunos peces. Se registraron algunas especies de esponjas desconocidas para la ciencia. Desafortunadamente, la recolección fue difícil. La pared era extremadamente empinada y las corrientes, fuertes. Enormes y saludables placas de coral Agaricia, de alrededor de un metro de ancho, empezaron a aparecer a una profundidad de 75 metros. En la zona mesofótica superior, la biodiversidad y abundancia de algas, corales y peces comenzó a aumentar. Encontramos un increíble banco de peces ballesta (más de 1,000 individuos) los cuales están en temporada de reproducción; vimos sus nidos, que guardaban celosamente. En la zona mesofótica superior, se observaron grandes esponjas barril (Xestospongia muta) y otras grandes especies, como Agelas cerebrum y Geodia neptuni, en abundancia.
Hoy exploramos dos sitios de una formación subacuática única en Cuba. A pesar de las dificultades en la recolección, recogimos quince algas, ocho esponjas y dos corales. Esperamos seguir descubriendo los organismos de este lugar único.